Maithuna, la unión de Shiva y Shakti

maithuna

Maithuna es la unión de Shiva y Shakti. Así, el acto sexual es usado como meditación para proyectarse a niveles más sutiles y crecer en conciencia.

Los tantrik seleccionan un lugar limpio, agradable y con buena ventilación, sumido en la semipenumbra y, preferiblemente, con una luz violácea. En la habitación, debe haber también una cantidad adecuada de flores o plantas, velas y varitas de sándalo o almizcle que perfumen el ambiente.

Los participantes deben bañarse, higienizando cuidadosamente su cuerpo, especialmente la zona genital, así, con una piel limpia, las energías pueden fluir libremente. Ambos se visten con ropa cómoda de tejidos naturales. La mujer se suelta el cabello.

Se adopta una actitud meditativa (se refiere a estar presente con todos los sentidos), por unos minutos se controla la respiración, se silencia la mente, se concentra en el chakra de la base de la columna (el que rige la líbido).

Purificados el cuerpo, la mente y la motivación, todo está ya dispuesto para el comienzo del rito. Hombre y mujer se sientan uno al lado del otro. Vierten vino en las copas y ambos beben al mismo tiempo. Saborean alimentos.

Después se desnudan y adoptan las posiciones que prefieran… Purushayita, Upavishta, Uttana Bandha, Tiryaksana, Parshva Piditaka, Janujugmasana… Cabe señalar que se desaconseja la postura que parece ser la más habitual en occidente – hombre sobre mujer (posición del misionero)- porque no facilita el control seminal.

Se acarician, se recorren los cuerpos, emitiendo sus mejores energías y realizan así, un intercambio energético muy poderoso que el tantrik puede condensar en la base de su columna y experimentar ascendiendo a lo largo de la espina dorsal, abriendo los chakras.

Continúa el intercambio hasta que, en un determinado momento, el sadhaka penetra a la shakti. En la posición adoptada permanecen tranquilos, plenamente comunicados. El hombre, siempre cercano al orgasmo, lo demora con gran control. En ningún momento debe perder el control de la respiración.

La cópula debe extenderse por lo menos más allá de media hora y los tántricos pueden prolongarla hasta tres horas. La mujer puede tener cuantos orgasmos desee y el hombre, cuando así lo determine conscientemente, desencadenará el suyo propio. En ese momento, debe suspender su respiración, abrir al máximo la conciencia, sentir que penetra y se absorbe en la Shakti misma, dejar su mente en silencio, expandirse hacia el espacio sideral, despersonalizarse y usar el éxtasis amoroso como vehículo hacia el Ser.

Leído en Escuela mágica

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